Llegue a Christchurch un domingo a las 12 de la noche. Mi amigo Milito me estaba esperando en el aeropuerto, no nos veiamos desde hacia 1 año mas o menos.
En el camino del aeropuerto a la casa pude ver un poco de esta pintoresca ciudad que, dicen, es la mas europea de las ciudades de esta parte del mundo.
El lunes hice los papeles para la visa, recorri un poco la ciudad y en seguida me di cuenta que me iba aburrir. Soy una persona que se aburre demasiado rapido, no tengo paciencia y enseguida necesito algo nuevo.
Un swell de 3 metros estaba llegando a la costa Oeste y ese fue motivo suficiente para armar una mochila, agarrar la tabla y partir para el Oeste. Me tome el 84 hasta la ruta 73 y ahi escondi la detras de unos arbustos y me puse a hacer dedo. Eran las 10 de la mañana aproximadamente.
20 minutos mas tarde frena un Neon Chrysler manejado por un maori de unos 50 años que era realmente intimidante. Tenia unos bigotes como los de Charles Bronson y estaba descalso, se podia distinguir por su vestimenta que trabajaba en el campo.
Me llevo hasta Springfield, un pueblo en medio de la nada a unos 80 km de Christchurch. No se por que, pero al principio sentí desconfianza, no podía parar de pensar en la idea de que el tipo me iba a matar y me iba a comer como si fuera un ritual o algo por el estilo.
Nada de eso sucedio, en cambio me compro un helado diciendome que eso es lo que hacia con sus ñietos, un divino!
Aprendí algunas cosas de la cultura Maorí y de la vida de este tipazo del que nunca me voy a olvidar.
Ya en Springfield se podian ver a no mas de 15 km las montañas. Un paisaje bastante lindo donde me relaje y espere tranquilo a que algun buen samaritano decida levantarme (siempre con la tabla escondida!).
Esta vez el que me llevo fue un Canadiense que estaba haciendo un PHD en comunicación animal. Estaba estudiando las Kea Parrots (algo asi como el pajaro mas inteligente del planeta) y se iba a internar en el bosque a filmarlas para analizar su comportamiento.
Tuvimos charlas muy interesantes mientra el paisaje se ponia cada vez mas parecido a la patagonia cordillerana. Impresionante!
El canadiense me dejo en el medio de la nada, ni siquiera había un pueblo! En el medio de un valle, con las montañas a mis cuatro costados y un aire puro que hacia rato no sentía.
Despues de una hora freno una camioneta doble cabina ultimo modelo. Por fin, alguien que iba a la costa Oeste.
El conductor resulto ser un monje Ishaya, una especie de corriente de meditacion (lejos de la religion) que ayuda a encontrar la felicidad.
El monje me contó que había sido un empresario exitoso, millonario, pero no era feliz. Un día, no se como, encontro la doctrina Ishaya y empezo a practicar la meditación. Luego de un tiempo se convirtió en monje, vendió sus negocios y se retiro de la actividad economica. Ahora vive su vida entre la meditación y el esquí extremo. Debe ser facil dedicarse a la meditacion con varios millone de dolares en una cuenta bancaria no?
Saludos, sean felices!
Lucas
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ReplyDeleteQue masaaaaaa
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